
Las representaciones sociales, según el estudio, son construcciones simbólicas que dan atribuciones a la conducta objetiva y subjetiva de las personas. El ámbito social, más que un territorio, es un espacio simbólico definido por la imaginación, el cual resulta determinante en la construcción de la autoimagen de cada persona: la conciencia está habitada por el discurso social.

Si la norma sobre el máximo de candidatos de un mismo sexo, que rige para las elecciones parlamentarias, operase como marco regulatorio para las actuales elecciones municipales, solo un 17% de los partidos políticos podría haber competido en las elecciones municipales recién pasadas.

La participación electoral es una de las formas de participación más sustantivas y estudiadas en el mundo. La teoría democrática reconoce que en una democracia representativa la participación de los y las ciudadanas en la elección de autoridades es clave para su funcionamiento y legitimidad.